LOS POEMAS NO COTIZAN EN BOLSA, DE ELENA MUÑOZ

Cuando tuve el honor de presentar, en el año 2015, la ópera prima poética de Elena Muñoz, Momentos de arena y hielo , afirmé que una escritora por vocación como ella había encontrado en la poesía el adecuado cauce expresivo para cuanto sólo cabe decir mediante la construcción de un sujeto lírico. Y ello resultaba y resulta todavía más notable habida cuenta de que nos hallamos ante una narradora sumamente certera, con un don innato para la fabulación y la trama, y una habilidad indiscutible a la hora de repartir las cartas de la baraja entre los personajes, al servicio de la intriga más o menos explícita, más o menos compleja. La poesía se mueve en otros ámbitos; fundamentalmente, y como también vine a decir entonces, el de la objetivación de la vivencia íntima para propiciar la posible conexión con el otro, ya en el territorio compartido de la universalidad del sentimiento; lo que se erigiría en la mayor prueba literaria de aquella máxima del doliente filósofo Soren Kierkegaard...