Leer un cuadro: El beso de Tamara Lempicka

Al término de la I Guerra Mundial y tras el triunfo de la Revolución Rusa Europa queda sumida en un tiempo de escasez del que irá surgiendo para culminar en el periodo que se ha denominado los felices años 20, años caracterizados por su esplendor, absolutamente ficticio, y que se quebrará con la crisis de 1929.

Es en este periodo (1920-1936) donde surge un estilo artístico denominado Art Decó, que bebe de las fuentes del Constructivismo ruso, nacido tras la revolución, el Cubismo y el Futurismo. Este es un arte puramente decorativo, nacido como hemos dicho de unas raíces eclécticas, pero con personalidad propia, y que gira entorno al progreso. Es, por tanto, un estilo nacido como reacción a la austeridad impuesta tras la guerra, con un deseo de escapismo.

Es en este contexto en donde Tamara Lampicka (nacida María Gurwik-Górska) llevará a cabo su obra.  Nacida en polonia en 1898,  muere en Méjico en 1980. Esta pintora fue la favorita de las estrellas de cine, un arte en auge creador de divas y de estrellas del glamour, calificativos que también alcanzaron a Tamara Lampicka.

Su vida fue considerada de escandalosa, rodeada de drogas,  sexo (era bisexual declarada ) y alta sociedad, como refleja en muchos de sus cuadros, en los que el desnudo tiene un protagonismo propio, cincelado con un dibujo fuerte, con pincelada pulida y fuertes claroscuros en los que, tal y como ella dijo "las formas bellas son superficies planas con redondeces". Hay una pura exaltación de la anatomía que en ocasiones nos puede recordar a Miguel Ángel en una extraña mezcla con el cubismo. También encontramos influencia de pintores renancentistas y manieristas como Botticelli o Bronzino.Muestra una exaltación de la anatomía a través de la cual convertir a las mujeres en "heroínas del erotismo".

El cuadro que comentamos, El sueño, recoge todas esas características al representar la figura de su amante Rafaella, en una composición que derrocha sensualidad y entrega.La pintora nos obliga a dirigir la mirada a través de toda la anatomía de la modelo, cuyos brazos están recogidos en un recato que desdicen sus grandes y oscuros ojos y su boca de un vivo carmín..

A partir de los años 60 el camino pictórico de Tamara Lampicka se desvió hacia un abstraccionismo que no conseguiría la fama que sus pinturas Art Decó la regalaron.


El sueño 


Levito en la frontera
que separa la realidad del sueño,
una sensación  de algodón
envuelve mis huesos.
En mi mente se agolpan
impresiones, colores y caras,
que componen
un puzzle confuso del balance del día.

Me froto un dedo del pié
con otro dedo,
en un rito infantil
que no han conseguido
corregir los años,
y acompaso la respiración
a los latidos de mi corazón.

Sé que me estoy durmiendo,
pero con la punta de mis dedos
todavía me aferro  a esta orilla
que me sujeta a lo cotidiano,
como si quisiera apurar
las horas de la consciencia.
Y en esos instantes previos,
viene a mi pensamiento un poema.

Después, alargo mis manos,
te abrazo, te siento y, entonces,
me duermo.


(Texto y poema Elena Muñoz)

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